domingo, 29 de abril de 2012

Las siete cabras

San Miguel de Abona
En San Miguel, el pueblo del abuelo Juan, me contaba él que había un cabrero que todos los días muy temprano llevaba sus cabras al monte para que comieran las mejores hierbas, las más frescas y tiernas. Así las cabras darían la mejor leche y podría elaborar los más sabrosos quesos. Cada mañana, como todos los días, se dirigía a aquellos lugares del monte que conocía, y donde estaban los mejores pastos para sus siete cabras negras, ya que al ser un rebaño pequeño podía vigilarlas bien y así procuraba que comieran lo mejor.


Un día se salió del camino habitual y subió por una pequeña montañita que estaba llena de pequeños pinos, y a medida que iba caminando los pinos se iban haciendo más y más grandes, hasta que llegó a lo alto de la pequeña montaña, y allí descubrió un barranco nuevo que no conocía, bajó con las cabras hacia el claro que allí se formaba y descubrió un paisaje precioso en el que se había originado una pequeña cascada con las últimas lluvias de la primavera. El arroyo que cruzaba el barranco estaba lleno de frondosa y verde vegetación, también abundaban los pequeños charcos de agua fresca y cristalina. El Sol era tan intenso que al pasar al lado de la cascada se formó un maravilloso arco iris. Era tan bonito que tanto él como las cabras se quedaron mirándolo. Un arco iris con sus siete colores: blanco, amarillo, naranja, rojo, verde, azul y malva.

- ¡Que bonito! – exclamaba el cabrero.

Barranco del Arco Iris
Tan bonito era, que hasta las cabras balaron de alegría y se pusieron a dar saltos de alegría entre las piedras y los charcos allí formados, donde se reflejaban los colores del arco iris. El cabrero se sentó en una piedra a descansar y se tumbó, quedándose dormido, mientras las cabras comían aquellas estupendas hierbas y se refrescaban bebiendo el agua de los charcos de donde parecía que nacía el arco iris.

Cuando el cabrero se despertó no creía lo que estaba viendo con sus propios ojos. Se los frotó varias veces y finalmente, ya perplejo, vio que las cabras no eran negras, habían cambiado y ahora cada una de ellas era de un color distinto.

- ¡Oh, Dios mío!. Me han pintado las cabras – gritó el cabrero, y corriendo se acercó a ellas. Primero llegó a la cabra de color verde, a la cual él recordaba como una cabra totalmente negra, la tocó, acarició su pelo y lo observó de cerca, intentó averiguar como había sido pintada, pero aquello no era pintura y murmuró.

- El color es realmente verde, esto no es pintura, cada una es ahora de un color diferente: blanca, amarilla, naranja, roja, verde, azul... y malva - dijo señalando a la última de sus cabras.

Se quedó pensativo mientras recordaba el arco iris y entonces dijo en voz alta:

- El arco iris ha pintado mis cabras, cada una de un color. ¿Y ahora que voy a hacer?.Nadie querrá la leche de mis cabras, ni el queso que hago de su leche. ¿Qué voy a hacer?.

El cabrero se puso muy triste porque ahora ya no tenía cabras negras que dan buena leche sino que tenía cabras de colores y seguramente la gente no querría comprarle sus productos. Muy preocupado regresó al pueblo y cuando los vecinos vieron sus cabras se asustaron. Algunos pensaron que el cabrero se había vuelto loco y las había pintado, otros creyeron que era cosa de magia o de brujería, pero lo malo fue que todos pensaban que era mejor no comprar la leche ni los quesos del cabrero.

El cabrero se sintió muy solo y angustiado. Continuó llevando sus cabras al monte para que comieran, pero a sitios cercanos y conocidos. En los siguientes días a aquel extraño suceso del arco iris no volvió a ordeñar las cabras.

Pero la noticia de las siete cabras de colores enseguida empezó a conocerse por los demás pueblos, y la gente, curiosa, comenzó a ir al pueblo de San Miguel para ver esas cabras de colores.

-¿Dónde están las cabras del arco iris? – preguntaban los visitantes al llegar a la plaza del pueblo a los vecinos, y éstos extrañados, le señalaban la casa del cabrero, que estaba por encima de la fuente pública, a donde todos se dirigían.

Cuando llegaron a la casa del cabrero, éste estaba sentado muy triste en un banquito de madera que tenía por fuera de la casa.

- Enséñanos tus cabras de colores – le decía la gente al cabrero.

Y éste, asombrado, les contestaba:

- Pero si son unas cabras muy raras y nadie quiere mi leche y mis quesos.

El pobre cabrero ya no podía vender sus productos porque sus vecinos pensaban que las cabras de colores estaban embrujadas.

- ¿Y cómo es la leche que ahora dan tus cabras? – Le preguntó uno de los visitantes.

- Pues no lo sé. Aún no las he ordeñado.- Le respondió el cabrero.

-¡Probemos la leche!¡Probemos la leche! – Le decían los visitantes.

El cabrero se quedó mirando pensativo sus cabras mientras se frotaba su barbilla, dudó un instante, pero ante la insistencia de los visitantes y algunos vecinos de su pueblo se decidió a ordeñar una de las cabras. Cogió a la cabra de color rojo y cuando comenzó a ordeñarla se sorprendió al ver que la leche que salía era de color rojizo. La gente estaba expectante al ver que ocurría. El cabrero cogió el recipiente donde estaba la leche, la pasó a una taza, la probó, se rió y dijo dirigiéndose a los visitantes y vecinos.

-¿Alguien quiere probarla?.

Todos se miraron, ciertamente temerosos, y un niño fue el primero en decir:

-Yo, yo la quiero probar.

El cabrero miró a sus padres que estaban al lado, los cuales dieron permiso al niño para probar la leche, y así fue como el cabrero le dio una tacita al niño con leche roja de la cabra roja. Y cuando ya se había tomado la mitad exclamo con alegría.

- ¡Sabe a fresa!. ¡Tiene sabor a fresa!. Es como un rico batido de fresa.- y se terminó de tomar la leche.

El cabrero continuó ordeñando las demás cabras de colores y dándoles de beber a los visitantes, que se pusieron muy contentos al descubrir los distintos sabores que tenían los diferentes tipos de leche. La leche amarilla tenía sabor al mejor de los plátanos canarios, la leche anaranjada sabor a ricas naranjas del sur. La cabra de color verde daba una leche con refrescante sabor a hierbabuena, la leche de la cabra blanca daba un estupendo sabor a la más maravillosa de las natas. La leche de la cabra malva sabía a frescas moras de la cumbre. Y una viejecita que estaba probando la leche de la cabra azul dijo:

- Umh, esta leche azul me recuerda al claro y limpio cielo de las frescas mañanas de Primavera, es buenísima.

A partir de entonces, el cabrero vendió muy bien la leche y los quesos de colores y sabores a toda la gente que venía de muchos sitios diferentes para comprárselos. Sus cabras se hicieron muy famosas y todo el mundo quería verlas. El cabrero vivió muy feliz y siguió llevando las cabras al monte muy temprano todos los días para que siguieran comiendo las mejores hierbas, frescas y tiernas. Y de lo que no se olvidó el cabrero nunca fue de llevar a las cabras a aquel fantástico barranco donde había una cascada y donde estaba aquel precioso arco iris que lucía los mejores y más vivos colores, los mismos que sus siete cabras.

Cuento escrito por Manuel Torres para su hija.


domingo, 22 de abril de 2012

ÚLTIMAS TARDES CON HUMBOLDT

¿Cuándo es el momento preciso para endulzarte la tarde?. Cuando huele a ropa caliente y los pies, nerviosos y ofuscados, te piden levantarte del sillón; cuando hay visita, de la buena, y quieres ofrecer lo mejor; cuando quieres hacer un alto en la tarde y ya está. Y ¿tiene que ser en la tarde?. Un vino dulce como el Humboldt 2001 se puede tomar en la tarde, a los postres de almuerzo o cena, como aperitivo, en cualquier momento que se quiera disfrutar. Perfecto maridaje con unas galletas, tipo virginia, de chocolate con frutos del bosque. http://youtu.be/c8QiIrXruts




Procedente de la uva listán negro de la D.O. Tacoronte-Acentejo, en Tenerife, Islas Canarias, y producido por Viña Norte de Bodegas Insulares de Tenerife, el Humboldt 2001 tinto dulce fue puntuado por la Guía Peñín con 95 puntos, todo un acierto. Y destacado en Pellagofio.com
Notas de cata de Peñín: Color cereza, borde granate. Aroma potente, con carácter complejo, fruta escarchada, chocolate. Boca sabroso, potente, carnoso, dulce, largo.

miércoles, 18 de abril de 2012

¿ME SHOCKA LA DOCTRINA?


Manuel Torres con "La doctrina del shock" de Naomi Klein
La doctrina del shock. Naomi Klein
 Poco a poco, paso a paso, el eficiente bombardeo de “malas” noticias y de soluciones que nos brindan hacen mella. ¿Qué nos puede sorprender?, ¡somos lo que comemos!, ¿qué nos dieron de comer?. Dejándonos manipular por unos y por otros; rara vez nos han contado la verdad, aunque tampoco hacemos esfuerzos por conocerla. Nuestra verdad… lo que queremos oír o lo que debemos oír.


Hay que estar atentos; no se deben pasar de la raya. Estoy de acuerdo en que hay que controlar ciertos grifos, no se puede en estos momentos regar las huertas por método de inundación, hay que transformar algunos en sistemas de aspersión y otros en goteo, pero indudablemente continuar regando donde hace falta.

Recomiendo ver el documental basado en el libro “La doctrina del shock” de Naomi Klein, y la lectura del libro (resumen), para ver otros puntos de vista.
http://youtu.be/Nt44ivcC9rg
 

domingo, 15 de abril de 2012

DE SAGRADA PENA

Hay que tener un saber estar, cada cosa en su sitio y en su justa medida, eso es lo bueno. Los tiempos corren, casi vuelan, ya lo sabemos. Nos adaptamos a ellos, en lo que podemos, algunos evolucionan otros se fusionan, otros rechazan cualquier maridaje y se mantienen impolutos.
Semana Santa; pues lo que quieras, te puedes ir de playita, de fiesta, de procesión, de lo que quieras, yo he hecho de todo. Ahora, nunca me había visto una mezcla de ellas. En una Semana Santa de la península me visto un paso de una cofradía con banda de música al son de "ai se eu te pego".
http://youtu.be/H6iCLaV_MYg



Es posible que el próximo año me vea un paso en una una procesión de La Laguna al ritmo de cualquier tema de Pepe Benavente.
O quizás proponga una procesión en Las Galletas para los buceadores, de todo me queda por ver.

jueves, 12 de abril de 2012

TORMENTOS.

Serie de cuatro poemas, Tormentos, incluidos en Diario de los días en que nací y morí.

Tormentos


I.-

Una espesa masa de espacio que transita,
que vomita, me desgarra.
Una cicatriz que me empapa e inunda,
que no tiene piedad,
me atosiga.
En mi ausencia me hiere, me escudriña,
no tiene piedad.
A cada recuerdo mi piel se hiela.
A cada olvido mi sangre hierve,
y mi exilio no tiene excusa, me evado.
¡Tormento! Deseo la fusta a un mal pensamiento.
El charco de mis recuerdos
que no lo puedo disipar
motivo de mi ausencia
que no tiene piedad.


II.-

Loco de amor yace en el pensamiento
vagando constantemente en las pasiones.
Errante y solitario, capaz de todo.
Esperando que el cristal le brinde soluciones.
Enfermedad maldita, traicionera,
enfermedad falsa.
Seductora y suspicaz, maligna,
envuelta en saña.
No te acerques, no me tientes,
ancestral, primera,
cargada de historia, convaleciente.
Pudor cegado en paños, vivero de dolor.
Atormentado escapo a mi destino,
por momentos. Escucho, invoco,
me siento, me quitan mis lamentos.
Y mi destierro, próximo espero.


III.-

Cénit de la locura, plagio de antaño
que emana verdades disfrazadas.
Subiendo al crepúsculo
tiempos de tormenta venerada.
Evoco la odisea personal
que por mucho subestimo,
quizás no se detenga
ni siquiera le de tiempo de mirar.
En el momento final, un derrumbe,
un caos, la hecatombe.
Vuelta a empezar, de nuevo, otra vez.
Otra locura, enajenado, enfermo, otra vez.
Las cenizas me alimentan. Nuevo gérmen,
heredero de mi pasado, extraño de mi,
que en mi me llevo, y a mi me vuelvo.
Tiempos de tormenta venerada,
un punto de llegada,
algo más que un destino,
se supone, quizás un hechizo.
No se sabe de que, escapo, huyo,
vuelvo la mirada y la luz me ciega
me reclama, y no quiero.

IV.-

Tormenta de cristal cernícalo que se bate en picado
como testimonio de lo ocurrido,
silenciosa y fugaz como la niebla repentina
que espesa y perturba la visión.
Ajeno a mi acción procuro,
mas no puedo.
Debate final que se yergue sobre el silencio,
el olvido.


domingo, 8 de abril de 2012

JUAN SEBASTIAN DE ELCANO EN TENERIFE

La asociación Gesta 25 de julio de 1797 ha recibido en el muelle de Santa Cruz de Tenerife al buque escuela Juan Sebastian de Elcano este sábado con salvas de artillería por parte de las milicias artilleras de Tenerife y posteriormente con salvas de honor por el 1º batallón de Canarias, las milicias de La Laguna y las milicias artilleras. Video realizado por La Farola del Mar: http://youtu.be/zQc2twW6eyk




fusilero, miliciano de La Laguna y miliciano artillero de la Gesta 25 julio 1797 de Tenerife
Fusilero, miliciano de La Laguna y miliciano artillero
pertenecientes a la Gesta 25 julio 1797 en la cubierta
de Juan Sebastian de Elcano
 Posteriormente nos han devuelto las salvas con el pasodoble Islas Canarias por parte de la banda de música del buque. El comandante de la nave, el capitán de navío Alfonso Gómez Fernández de Córdoba, nos dió la bienvenida uno a uno y nos invitó a visitar el bergantín.
El buque zarpará el 10 de abril rumbo a La Habana (Cuba), como parte de una navegación que dio comienzo el pasado domingo con la salida desde el puerto de Cádiz, y que es la travesía número 83 de este histórico buque.
ABC.ES dio cuenta de nuestro recibimiento:
Con una eslora de 131,1 metros y una manga de 13 metros, el ‘Juan Sebastián de Elcano’ recibió en el año 2009 el nombramiento de Embajador Honorífico de la marca ‘España’ por la gran labor que realiza para la imagen de España desde su primer viaje en febrero de 1928. Su silueta es muy conocida por los amantes de los grandes veleros y suele atraer la atención de gran cantidad de público en los puertos en que atraca.
Durante su estancia en Santa Cruz de Tenerife, el público que lo desee podrá visitar el buque en el siguiente horario:
Sábado y domingo, 7 y 8 de abril: de 15:30 a 20:00 horas.
Lunes y martes, 9 y 10 de abril: de 11:30 a 13:00 horas.
El acceso para las visitas será en vía peatonal por la estación marítima.
Buque escuela de los futuros oficiales de la Armada
El buque, al mando del capitán de navío Alfonso Gómez Fernández de Córdoba, tiene una dotación de 23 oficiales, 22 suboficiales, 140 militares de tropa y marinería y 5 funcionarios civiles.
Como cada año, los guardiamarinas del Cuerpo General y de Infantería de Marina que se encuentran en su último curso de carrera, continuarán con su plan de estudios a bordo del buque, compaginando su intensa agenda de estudio con el día a día de la vida a bordo.
Durante este viaje, el buque escuela español se integrará en la regata ‘Opsail’ entre los puertos de Nueva York y Norfolk, y en la regata de ‘Grandes Veleros’, entre los puertos de Saint Maló, Lisboa y Cádiz, coincidiendo su llegada a la capital gaditana a finales del mes de julio con la finalización del Crucero de Instrucción y la celebración del Bicentenario de la primera constitución española.