viernes, 18 de mayo de 2012

De aleteo romántico a tormenta nostálgica

Del aleteo romántico de unas pestañas en la Plaza de los Patos en Tenerife a la tormenta nostálgica de los recuerdos en Siwa, Egipto. Muy largo para ser un título, pero así se podría definir en un telegrama.

Plaza de los Patos (Plaza 25 de julio) en Santa Cruz de Tenerife por Manuel Torres
Plaza de los Patos (Plaza 25 de julio) en Santa Cruz de Tenerife

Hace unos cuarenta y cinco años a Santa Cruz de Tenerife arribó un buque, da igual cual, un buque en cuya tripulación iba como miembro un egipcio. Este hombre, que a estas alturas de mi vida no logro acordarme de su nombre, conoció a una chicharrera, cosa extraña en la sociedad de la época, no ella sino el que se conocieran, y estuvieron juntos, paseando toda esa tarde por la ciudad. Parece ser, que la Plaza de los Patos fue uno de los sitios más bonitos, a sus ojos, que había visto, y así debió de ser sobre todo por la buena compañía de que disfrutaba.

Algo más tarde en 1987, estando de viaje por Egipto, llegué a Siwa, después de pasar controles militares en Marza Matruh y de estar acompañados obligatoriamente por militares de civil, porque en esos momentos a través de la frontera con Libia estaban las tropas de este país ayudando a los rebeldes del Chad estando ambos en franca retirada, atacados y hostigados por las tropas del presidente Hissene Habré apoyadas por Francia. Ya en Siwa, un extenso oasis, lleno de piscinas naturales, antiguo reducto de Cleopatra, todos sabían que habíamos llegado. Esa misma noche unos ricachones nos invitaron a cenar, una fastuosa comida, abundante, variada y servida por las mujeres, tendidos en unas fantásticas alfombras y repochados en los cojines. Al terminar me hicieron cantar, si, cantar, y lo único que en ese momento me venía a la cabeza era:” Fúlgida luna del mes de enero, dile a mi amante cuánto sufrí, que no me olvide por que la quiero, que me perdone si la ofendí…” y no se si eso hizo que me salvara de una violación o qué, porque yo ya no sabía si estaba allí por mí o por mis dos amigas, que también las acosaban. Bueno, total, que al día siguiente fueron otros lugareños los que nos fueron a buscar para estar con nosotros, foco de atención se llama eso. Fue entonces cuando conocí al nieto de uno de los guías militares del mariscal Rommel en el Africa Korps de la 2ª Guerra Mundial y a su amigo, un acaudalado inversor cairota, al que había convencido de invertir en la zona construyendo en sus terrenos unas “huts”; chozas turísticas, para incentivar el turismo y dar riqueza a la zona. Este egipcio era propietario del Hotel Atlas en El Cairo, lugar que ya conocía, y al que fuimos invitados, además de propiedades en Mallorca y más. Poseía en medio del oasis de Siwa un chalet, el único chalet, cuyo interior era realmente, si no desconcertante, si un despropósito. Su decoración era una recreación de un castillo medieval, con sus armaduras, sus escudos, sus cabezas de ciervos. Había una enorme maqueta de una nao mallorquina en una inmensa urna de cristal, alfombras y…y una chimenea del tamaño de mi cocina.

Pasamos la tarde paseando por su finca y jardines, comiendo dátiles, hasta que llegamos a una zona que tenía en construcción, donde había unos bancos y una fuente. Nos invitó a comer uvas y a tomar el té, a refrescarnos los pies y a sostener una buena charla. Hubo un momento en que el cairota se me quedó mirando en silencio, a lo cual recuerdo que todos le acompañamos y con gesto de sorpresa me preguntó. “¿es que este sitio no te recuerda nada?”. “No”, le contesté con un “no” largo y lánguido. Insistió en que me fijara. Y ya entonces fue cuando me percaté. “La plaza de los Patos”. Me contó su historia, y que fue una de las tardes más bonitas que recordaba en su vida. En honor a aquella mujer, estaba construyendo con sus recuerdos aquella plaza. Aún le faltaba la tortuga y la oca, que se la estaban haciendo y me consultó si lo que veía era correcto o no, pero no que le diera más información, solo quería que fuera como su recuerdo.

 

Manuel Torres, 2º por la izquierda. Nieto guía militar de Rommel, 3º por la izquierda. Inversor egipcio, 4º por la izquierda. En la fuente de los jardines de éste último.
Manuel Torres, 2º por la izquierda. Nieto guía militar de Rommel, 3º por la izquierda. Inversor egipcio, 4º por la izquierda. En la fuente de los jardines de éste último.


viernes, 11 de mayo de 2012

¿Buscas vivienda? ¿Sabes lo que quieres?

Entre buscar vivienda y saber lo que quieres, aunque no lo parezca, hay una gran diferencia, y aún pareciéndolo también.
Hay que tener claro que es lo que queremos, ya se que con la diversidad de oferta estamos a lo que cazamos, pero los tiros van por lo económico en primer lugar.

Manuel Torres cuando visitaba inmuebles en Tenerife.Se cuanto tengo, se de cuanto dispongo y de cuanto puedo disponer, se perfectamente que sacrificio puedo hacer y sobre todo, “y sobre todo”, puedo demostrarlo. Cuando busco un inmueble a través de una agencia inmobiliaria no debo ir de prepotente, y se de lo que hablo. El hecho de que seas posible comprador y de que tu creas que dispones de poder no te da autoridad moral para ir subordinando a nadie, tranquilízate (tranquimanizate). Expón tus inquietudes, traslada tus deseos, deja que el agente inmobiliario te conozca, interactúe contigo y te pueda asesorar. Conociendo tu perfil de comprador el agente sabrá hasta donde puedes llegar y si la vivienda que te va a ofrecer está a tu alcance o no. El factor económico es muy, muy importante. Facilita datos, el agente sabrá protegerlos, está obligado.

En segundo lugar date cuenta que él te va a facilitar datos de la vivienda. Es duro hacer perder el tiempo a profesionales y a propietarios. Estarías en tu derecho de exigir visita si abonarás el servicio, me explico; si la agencia inmobiliaria, a pesar de los pesares y de cómo están las cosas, te cobrara por hacer una visita porque tú te empeñas en hacerla sin previamente pasar el filtro de idoneidad, entonces y solo entonces puedes exigir. Esto aunque parezca una locura no está desencaminado pero será tratado en otro momento. No es cuestión de ir a ver el inmueble ya de entrada, primero documéntate, seguro que hay fotos, planos, video, estudia los accesos, entorno, todas las posibilidades del inmueble y por último concierta una visita, y esto es ya lo último. Las visitas han de hacerse con respeto, estas entrando en un “hogar”, no puedes entrar por ahí para dentro como Pedro por su casa, con desmanes, con desprecio…y se de lo que hablo. Es una mala técnica, generalizada, desprestigiar el inmueble delante del propietario. Pues malamente doble; malo porque aunque encuentres fallos, no los comentes en la visita, ya lo harás posteriormente, para eso te deben de dar un dossier donde apuntar tus impresiones, y malo también porque el propietario no tiene que estar presente en el recorrido de la visita.

En tercer lugar, se supone que has ido a ver una vivienda que cubre tus expectativas y que económicamente es viable para ti, pero no te termina de llenar, vale. Pues la descartas o…haces una oferta razonable, y digo razonable, no insultante.
Siempre tenemos que tener claro que es lo que queremos y si podemos llegar a ello, no perdamos el tiempo, las ocasiones, las oportunidades, el respeto y la vergüenza.



Por cierto con respecto al video; ¿sabe el comprador lo que quiere? o es la vendedora la que no tiene ni idea u ocasión de tenerla. Pagar una comisión por un servicio de gestión; vamos “estoy percibiendo un no” o es que solo hay “90 buitres y un solo cadáver”.